domingo, 30 de septiembre de 2012

Protegida…

Protegida…

Velos, paños, transparencias
Ninguna importancia tienen
Los vellos se enardecen con el siroco
Acrecentado a tu paso
Esperas tu llamada, tu tirón del brazo
Peligra tu vida, inconsciente
El sultán no te atiende
No te libera, claro, tampoco.
No comprenderás el precio de tu libertad
Hasta que perdida en tu fastuoso serrallo
Encuentres tu alma protegida tras tu gasa
Más fuerte que cualquier celosía de acero.
Eres libre, en tu esclavitud impuesta.

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